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ARRANCA Febrero, y aquí te cuento sobre el clima astrológico de este mes.

Tendremos mucha predominancia en los elementos agua y aire, es un mes profundamente emocional, pero también cargado de movimiento mental y comunicativo. La fuerte presencia de Piscis resalta la importancia de conectar con nuestras emociones y trabajar en nuestra sanación interna, mientras que el énfasis en Géminis y Acuario nos anima poder observar nuestras emociones con mayor objetividad y desapego, sin quedarnos atrapados en ellas.

En este video te cuento todo lo que viene y se va a estar moviendo en este mes de febrero.

Febrero comienza con una energía profundamente emocional y reflexiva. Venus y Neptuno se encuentran en conjunción exacta en Piscis, muy cerca del Nodo Lunar, un aspecto que nos invita a conectar con el corazón y los sueños más profundos.

La Luna y Saturno también transitan por Piscis, formando un amplio trígono con Marte retrógrado en Cáncer. Este es un momento para mirar hacia adentro, sanar viejas heridas y trabajar en la integración de nuestras emociones. La sensibilidad está a flor de piel, pero también lo está la oportunidad de convertir esa sensibilidad en fuerza.»

El trígono entre Mercurio en Acuario y Júpiter en Géminis el 3 de febrero nos trae una ola de claridad mental, expansión intelectual y comunicación fluida. Este aspecto beneficia a la humanidad fomentando el intercambio de ideas innovadoras, el aprendizaje colectivo y la apertura a perspectivas frescas. Es un momento ideal para encontrar soluciones creativas a problemas complejos y para que las conexiones humanas se nutran desde la curiosidad y la empatía.

Posiblemente sintamos un impulso por dialogar, compartir conocimientos y conectar con otros a través de conversaciones significativas. Las ideas fluirán con facilidad, y podríamos experimentar momentos de inspiración o genialidad, especialmente en proyectos grupales o tecnológicos. Además, este trígono promueve el optimismo y la confianza en el poder de nuestras palabras, haciendo que sea un buen momento para expresarnos con claridad y visión de futuro.

El 4 de febrero, el ingreso de Venus en Aries marca un cambio energético que trae pasión, valentía y una actitud más directa en temas de relaciones, valores y deseos. Como humanidad, este tránsito nos empuja a tomar la iniciativa en el amor y a actuar según nuestras pasiones. Es un momento para dejar de lado las dudas y perseguir lo que realmente queremos, pero también para ser conscientes de no caer en actitudes impulsivas o egoístas.

Por otro lado, la cuadratura entre Marte retrógrado en Cáncer y Quirón en Aries puede desencadenar tensiones emocionales profundas. Esta configuración nos invita a enfrentar heridas relacionadas con nuestra identidad, nuestra valentía y la forma en que manejamos los conflictos. Como humanidad, podríamos sentir un choque interno entre la necesidad de protegernos emocionalmente (Marte en Cáncer) y el deseo de sanar y avanzar (Quirón en Aries).

A nivel individual, esto podría manifestarse como momentos de irritación, frustración o vulnerabilidad, pero también como una oportunidad para identificar y trabajar en esas heridas. Este aspecto nos reta a encontrar un balance entre la acción y la sanación, recordándonos que la verdadera fortaleza nace de enfrentar nuestras emociones con coraje y compasión.

El 4 de febrero, Júpiter concluye su retrogradación, y con ello llega una sensación de alivio y expansión en los temas asociados a la comunicación, el aprendizaje y las conexiones humanas, especialmente porque se encuentra en Géminis. Este cambio directo de Júpiter actúa como una brisa fresca que desbloquea los canales de diálogo y nos impulsa a avanzar con mayor claridad en nuestras ideas y relaciones.

Como humanidad, este movimiento nos inspira a retomar proyectos educativos, reactivar conversaciones pendientes y conectar con una mentalidad más abierta y optimista. Podríamos sentir una mayor facilidad para compartir ideas, encontrar acuerdos y acceder a información valiosa que antes parecía oculta o fuera de alcance. Este es un momento ideal para planificar, comunicar con propósito y explorar nuevas perspectivas que amplíen nuestra comprensión del mundo. La energía de Júpiter directo nos recuerda que las palabras tienen poder, y ahora tenemos la oportunidad de usarlas con intención positiva para crecer y evolucionar, tanto individual como colectivamente.

Entre el 9, 10 y el 11 de febrero se da una alineación muy poderosa con el Sol en conjunción a Mercurio y Urano, marcando días de revelaciones, claridad y transformación.

El 9 de febrero, cuando el Sol inicia su conjunción con Mercurio y Urano, sentimos un despertar en nuestra conciencia. Mercurio aporta lucidez mental y un flujo intenso de ideas, mientras que Urano introduce sorpresas, innovación y una visión revolucionaria. Esta alineación nos prepara para recibir nuevas perspectivas, rompiendo viejos esquemas y permitiendo que la creatividad y el ingenio florezcan.

El 10 de febrero, con la conjunción exacta entre el Sol y Mercurio, la energía se intensifica en la comunicación, los planes y la expresión personal. Es un momento ideal para compartir ideas, hacer presentaciones o profundizar en temas que requieran un pensamiento claro y original.

Finalmente, el 11 de febrero, la conjunción exacta entre el Sol y Urano trae un llamado a la libertad, al cambio y a la autenticidad. Este aspecto podría sentirse como un gran impulso para romper con limitaciones y abrazar lo nuevo. A nivel colectivo, esta energía impulsa avances tecnológicos, ideas revolucionarias y una mayor apertura a la innovación.

En general, estos días serán una oportunidad para transformar la forma en que pensamos y nos comunicamos, iluminando el camino hacia nuevas posibilidades, tanto a nivel personal como para la humanidad en su conjunto.

El 12 de febrero, la Luna Llena en el grado 24 de Leo ilumina temas relacionados con la autenticidad, el liderazgo y el deseo de ser reconocidos por nuestra verdadera esencia. Las lunas llenas siempre marcan un momento de culminación y revelación, y en Leo, el llamado es hacia el corazón: nos invita a brillar y expresarnos desde un lugar auténtico, dejando de lado máscaras o inseguridades.

Esta Luna Llena en leo forma una T con el Sol y Urano, creando una intensa tensión que nos empuja a enfrentar cambios inesperados, especialmente en temas relacionados con la individualidad y la estabilidad. Urano, el planeta de las sorpresas y la liberación, añade un toque eléctrico y revolucionario a esta configuración, instándonos a salir de nuestra zona de confort y abrazar lo nuevo, incluso si resulta incómodo. Esta configuración puede sentirse como un estirón entre lo que queremos ser, lo que estamos acostumbrados a ser y las circunstancias externas que nos desafían.

Mientras tanto, Marte retrógrado en Cáncer sigue en un aspecto tenso con Quirón en Aries, reforzando el trabajo profundo con nuestras heridas emocionales y nuestra capacidad para enfrentar conflictos internos. La conexión con Saturno en trígono ayuda a estabilizar esta energía, ofreciéndonos una estructura para integrar lo que estamos aprendiendo en este proceso. Aunque la energía de Marte retrógrado puede generar frustración o bloqueos emocionales, Saturno nos recuerda que el crecimiento sólido toma tiempo y esfuerzo.

Esta Luna Llena es un portal de transformación, donde la tensión entre lo emocional, lo inesperado y lo estructural nos desafía a encontrar un equilibrio. El mensaje es claro: para avanzar y brillar, debemos abrazar nuestras vulnerabilidades, enfrentarnos a lo desconocido y confiar en el proceso de construcción interna.

El 14 de febrero, con el ingreso de Mercurio en Piscis, nuestras mentes se sumergen en un océano de sensibilidad, intuición y creatividad. Mercurio, el planeta de la comunicación, el pensamiento y el aprendizaje, toma un giro más emocional y abstracto en este signo de agua, invitándonos a conectar con nuestra intuición y a percibir el mundo desde una perspectiva más compasiva y espiritual.

Durante este tránsito, la lógica estricta cede lugar a la imaginación y la empatía. Nos sentimos más abiertos a explorar ideas inspiradoras y a conectar con los demás a un nivel más profundo, incluso más allá de las palabras. Es un momento ideal para actividades creativas como la escritura, la música o cualquier forma de expresión artística, ya que la energía de Piscis nos ayuda a acceder a nuestra musa interna.

A nivel emocional, podríamos sentir una mayor empatía y conexión con el sufrimiento o las emociones de los demás, lo que puede ser profundamente sanador, pero también abrumador si no establecemos límites claros. La mente tiende a volverse más soñadora y menos estructurada, por lo que este tránsito nos invita a permitirnos soñar, pero sin perder de vista la realidad.

Mercurio en Piscis también nos desafía a confiar en nuestro sexto sentido. Las respuestas que buscamos pueden llegar a través de señales sutiles, sueños o corazonadas. Es un momento para escuchar más allá de las palabras y prestar atención a las energías y emociones que nos rodean. En este periodo, la comunicación adquiere un tono más suave y compasivo, favoreciendo las conversaciones sinceras y emotivas.

El 20 de febrero, la cuadratura entre Mercurio en Piscis y Júpiter en Géminis genera una energía de tensión mental, marcada por el choque entre la expansión de ideas (Júpiter) y la necesidad de procesar pensamientos de forma más abstracta e intuitiva (Mercurio). Este aspecto puede hacernos sentir dispersos o atrapados entre demasiadas ideas o proyectos, con la tendencia a exagerar o perder de vista los detalles. Como humanidad, este aspecto nos invita a reflexionar sobre cómo equilibramos nuestra intuición con la lógica y a evitar prometer más de lo que podemos cumplir.

Es posible que nos sintamos confundidos o que nuestras palabras no reflejen exactamente lo que queremos comunicar. Sin embargo, esta cuadratura también puede ser un gran catalizador para cuestionar nuestras creencias y buscar una verdad más profunda, aunque nos sintamos algo desafiados en el proceso.

Por otro lado, el trígono de Mercurio con Marte en Cáncer aporta una vía de resolución a esta tensión. Marte, aunque retrógrado, refuerza nuestra capacidad para actuar con determinación emocional y expresarnos de manera apasionada pero constructiva. Este trígono nos ayuda a encontrar claridad en nuestras emociones y a utilizarlas como una herramienta para tomar decisiones. Además, nos da el valor para comunicar lo que sentimos y defender nuestras ideas desde un lugar de autenticidad.

El 25 de febrero, la conjunción de Mercurio con Saturno en Piscis nos invita a llevar nuestros pensamientos y comunicaciones a un nivel más profundo y serio. Este aspecto potencia la reflexión, el enfoque y la responsabilidad en la forma en que procesamos y compartimos nuestras ideas. En Piscis, esta energía combina la estructura de Saturno con la sensibilidad de este signo, permitiendo que lo intangible y lo emocional encuentren un canal claro para expresarse.

Como humanidad, este tránsito nos anima a considerar las consecuencias de nuestras palabras y a abordar temas complejos con paciencia y madurez. Es un excelente momento para meditar, planificar a largo plazo y resolver asuntos pendientes desde un lugar de serenidad y compromiso. También favorece la introspección, ayudándonos a encontrar sabiduría en el silencio y en la conexión con nuestras emociones más profundas.

A nivel personal, podríamos sentir un momento de claridad respecto a nuestras responsabilidades emocionales y espirituales. Es un tiempo para comunicar desde un lugar auténtico y asumir con seriedad los compromisos que hemos adquirido, especialmente en lo relacionado con nuestras conexiones emocionales y espirituales.

Aunque esta conjunción puede traer una sensación de peso mental o emocional, también nos ofrece la oportunidad de estabilizar nuestros pensamientos y encontrar soluciones prácticas a través de un enfoque sereno y disciplinado. Es un recordatorio de que, incluso en los temas más abstractos o emocionales, podemos encontrar estructura y sentido.

El 28 de febrero, la Luna Nueva en Piscis marca un momento de renovación emocional y espiritual, pero con una cuadratura a Júpiter en Géminis, la energía toma un giro más intenso y desafiante. Esta Luna Nueva nos invita a sembrar nuevas intenciones desde el corazón y a conectar con nuestra intuición, pero también nos desafía a equilibrar los sueños y las emociones con la realidad de nuestras ideas y creencias. La cuadratura con Júpiter puede generar una sensación de desbordamiento emocional o dificultad para manejar expectativas poco realistas, pero también nos motiva a expandirnos más allá de nuestras limitaciones.

En conclusión, este mes de febrero tendrá un fuerte matiz emocional y una enfatización en los signos de aire (acuario y géminis) que nos dará la posibilidad de vivir todo este mundo emocional con mayor objetividad y desapego.

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